La industria de las armas es una de tantas que considero que no deberían existir en la faz de la tierra. Cuando por fin comprendamos que este diminuto punto azul que llamamos Tierra es el hogar que compartimos, que debemos cuidarlo y debemos cuidarnos entre todos, creo que nos daremos cuenta de que tener armas (y, peor, utilizarlas) es tan ridículo como pensar en permanecer armados en nuestro propia casa para defendernos (o atentar) contra nuestro hermano en la alcoba de al lado.
Pero existe. Y, al parecer, más pujante que nunca. La información discutida durante la pasada Conferencia de Seguridad de Múnich, Alemania, es prueba de ello. El editor en jefe del magazín Foreign Policy, Moisés Naím, comentaba en un reciente artículo suyo que al preguntar cuál había sido el tema más relevante de la reunión, la respuesta fue “China, China y más China”. Y es que de forma paralela a su espectacular crecimiento económico, los chinos siguen armándose. Sus fuerzas armadas cuentan con 2.250.000 efectivos, siendo las más numerosas del planeta, con el equivalente al 0.17% de su población. Luego sigue Estados Unidos, con 1.500.000 efectivos, equivalente al 0.5% de su población. Y la lista de los 5 ejércitos más grande del mundo se completa con India, Corea del Norte y Rusia, en ese orden.
En cuanto al gasto militar, Estados Unidos se lleva las palmas, con el equivalente al 50% del total global, seguido por China (8%) y Rusia (5%). Y es Estados Unidos también el mayor proveedor de armamento, controlando aproximadamente el 68% del total mundial.
Para darnos una pequeña idea con cantidades concretas, por los mismos días el diario británico Times Online publicaba una serie de artículos y tablas comparativas que describían el estado actual y el futuro de las fuerzas armadas del Reino Unido. Y cuánta sorpresa me causa encontrar que, por ejemplo, un moderno avión de combate Eurofighter Typhoon cuesta unos 70 millones de libras esterlinas. Y como esperan tener casi 130 de estos aparatos, ya podemos hacer cuentas de más de 9.000 millones enterrados (me niego a decir “invertidos”) en esas aeronaves. ¡9.000 millones de libras! Y la magnitud de esa cifra se queda corta cuando caemos en cuenta de que a) es tan sólo uno de los items dentro de la Royal Air Force, b) debemos sumar el gasto de las otras fuerzas, como el ejército y la marina y c) que el Reino Unido está por detrás de Estados Unidos, China y Rusia en el porcentaje del total de gasto militar global.
Los documentos publicados por Times Online (en PDF) son:
No puedo sino sobrecogerme al intentar comprender cuánto bien podría traer al mundo la reorientación de esas inmensas cantidades de recursos y de personal a cosas verdaderamente importantes e incluso infinitamente más prioritarias.
amparo says
Cuanta pobreza se podría solucionar, con la cantidad de dinero invertido en las armas, pero como es un negocio tan rentable, no es fácil que las potencias recapaciten sobre esto.